14 de febrero de 2015

LOS CANTAROS DE LA VIRGEN MARIA

Cuenta una leyenda que un peregrino se acercó a casa de la Virgen María, y que le preguntó cómo podía tener la casa tan limpia y tan ordenada.
María le contestó: cuando uno está en paz con Dios, la consecuencia más inmediata es que su vida está perfectamente organizada.
El peregrino observó que, en la cocina, había unos gigantescos cántaros.
¿Qué hay en su interior? Preguntó el caminante.
Y, María, le contestó: es lo que Dios me da para enriquecer mi propia vida y, también, la de aquellos que se acercan hasta El para pedirle diversas gracias.
El peregrino, uno a uno con el permiso de la Virgen, fue levantando la tapa de los recipientes mientras, María, le iba explicando:

LA FE.
Para que no os sintáis solos. Yo también, en Nazaret, tuve vértigo, temor.
Pero la FE que Dios me concedió fue más grande que las incertidumbres que salieron a mi mente.
Si te das cuenta, y miras en las paredes de este cántaro, hay miles de huellas agradecidas porque, la fe, fue su fuerza y seguridad en el caminar.
En lo invisible de éste cántaro está lo que mueve montañas y almas: la fe.

LA ESPERANZA.
Yo creí y veo que, el mundo, cree y no cree, espera y no espera, confía pero no se fía totalmente en su futuro.
La esperanza es algo que necesitáis los hombres para no quedaros tristes ni conformes con la situación que os rodea.
Quien se asoma a este cántaro, Dios, le ofrece un horizonte lleno de posibilidades.

LA CARIDAD.
Siempre es mejor dar que recibir.
Yo, por Dios, lo ofrecí todo.
Hasta José lo dejé en un segundo plano para que Dios, me cogiera toda para El.
Si observas el fondo de este cántaro, el hacer el bien, es pasaporte para la vida eterna.

LA ALEGRIA.
Las caras tristes son una tónica dominante en la tierra.
¿Por qué si tenéis tanto sufrís por lo que no tenéis?
Dios, con este cántaro, os ayudará a ser felices con lo más insignificante.
Uno, cuando recoge del contenido de este cántaro, va por el mundo con un rostro risueño.

LA CRUZ.
Estos trozos de madera son las pruebas que llaman en forma de enfermedad a la puerta de la salud de muchos de mis hijos.
Pero os digo que, Dios, no da si no aquello que sabe que podemos soportar.
¡Aún recuerdo el gran madero de mi hijo Jesús!
Este cántaro está lleno de muchos trozos aportados por los sufrimientos y decepciones de los hombres.

EL AMOR.
Ya ves. Este cántaro es el más lleno. No hay forma de contener su esencia.
“Dios es amor” dice aquel que me acogió al pie de la cruz. Y es verdad.
Si te asomas a esta vasija, podrás comprobar que, el amor, es más grande cuanto más nos acercamos a Dios.
Te lo digo por experiencia.
Hay muchos hombres que se empeñan en vaciar esta vasija, pero cuanto más lo intentan, más y más se llena.
Es el milagro de Dios: el amor que nace y nunca se cansa de nacer.

LA ORACIÓN.
Es el gran regalo que Dios puso desde el principio en mi historia y en mi vida.
Sin ella, aún siendo Madre de Jesús, no hubiera comprendido ni me hubiera lanzado en todo lo que Dios había pensado realizar conmigo.
Esta vasija contiene el vigor y la intimidad con Dios.
Asomarse a este cántaro de la oración, posibilita la confianza, la paz, la seguridad y la respuesta certera por parte del Señor.
Os garantizo, con la oración, seréis fuertes y llegaréis hasta el final.

En no encontrar las palabras para hablar de Ti, está toda mi oración, toda mi alabanza y toda mi veneración.
Tan elevada estás, María, sobre toda criatura creada en la tierra y en los cielos, que no hay frases tan sublimes que puedan proclamar las grandezas de tu nombre.
Eres Bendita entre todas las mujeres, Santísima entre todas las santas y Virgen entre todas las vírgenes.
Eres la Madre entre todas las madres, y así como tienes la gloria de ser la Madre de Dios, tienes la sencillez de ser la Madre de todos los hombres.
Tienes todos los encargos; los que llegan de Dios a los hombres, y los que llevas del hombre hacia Dios.
Eres la abogada de todos y el mejor camino para llegar a Cristo, y de Cristo a Dios.
Eres la amiga leal, la fiel compañera, la gran Señora que me abre las puertas del cielo.
Eres preciosa y bella como no hay hermosura igual. Tienes las estrellas en los ojos y resbala por tu frente la luz de la luna.
Todas las primaveras florecen en tu pelo y de tus manos brotan cascadas de gracias.
Tienes el corazón encendido; tus palabras me abrasan y tus ternuras me sacian.
¡Eres buena!
Javier Leoz.

 

7 de febrero de 2015

Consejos del Padre Pío

Cada cierto tiempo Dios envía a nuestro mundo algunos hombres extraordinarios que hacen de puente entre la tierra y el cielo, y ayudan a que miles de hombres puedan gozar del Paraíso eterno. El siglo XX nos dejó uno especialmente singular: el Padre Pío de Pietrelcina, un religioso capuchino nacido en ese pequeño pueblo del sur de Italia y muerto en 1968 en San Giovanni Rotondo. San Juan Pablo II lo elevó a los altares en 2002 en una canonización que batió todos los récords de asistencia. Hoy se puede decir que es el santo más venerado en Italia.
El Padre Pío recibió unos dones especiales por parte de Dios como el discernimiento de las almas y su capacidad para leer las conciencias; curaciones milagrosas; la bilocación; el don de lágrimas; el perfume a rosas que desprendía y, sobre todo, los estigmas en pies, manos y costado que padeció durante 50 años.
A lo largo de su vida escribió miles de cartas a sus dirigidos espirituales que son una fuente de sabiduría cristiana práctica y de gran actualidad.
Pensamientos para afrontar el sufrimiento
A continuación una selección de pensamientos del Padre Pío ante el sufrimiento, extraídos, precisamente, de esas cartas. No tienen desperdicio. Dan esperanza y elevan el alma:
  1. "Si puedes hablar al Señor en la oración, háblale, ofrécele tu alabanza; si por mucho cansancio no puedes hablar, no te disgustes en los caminos del Señor. Detenté en la habitación como los servidores en la corte y hazle reverencia. El te verá, le gustará tu presencia, favorecerá tu silencio y en otro momento encontrarás consuelo cuando él te tome de la mano”.
  2. "Cuanta más amargura tengas, más amor recibirás”.
  3. "Jesús quiere llenar todo tu Corazón”.
  4. "Dios quiere que vuestra incapacidad sea la sede de su omnipotencia”.
  5. "La fe es la antorcha que guía los pasos de los espíritus desolados".
  6. "En el tumulto de las pasiones y de las vicisitudes adversas nos sostenga la grata esperanza de la inagotable misericordia de Dios”.
  7. "Ponga toda la confianza sólo en Dios”.
  8. "El mejor consuelo es el que viene de la oración”.
  9. "No temas por nada. Al contrario, considérate muy afortunado por haber sido hecho digno y participe de los dolores del Hombre-Dios”.
  10. "Dios os deja en esas tinieblas para su gloria; aquí está la gran oportunidad de vuestro progreso espiritual”.
  11. "Las tinieblas que a veces oscurecen el cielo de vuestras almas son luz: por ellas, cuando llegan, os creéis en la oscuridad y tenéis la impresión de encontraros en medio de un zarzal ardiendo. En efecto, cuando las zarzas arden, todo alrededor es una nubarrada y el espíritu desorientado teme no ver ni comprender ya nada. Pero entonces Dios habla y se hace presente al alma, que vislumbra, entiende, ama y tiembla”.
  12. "Jesús mío, es el amor que me sostiene”.
  13. "La felicidad sólo se encuentra en el cielo”.
  14. "Cuando os veáis despreciados, haced como el Martín Pescador que construye su nido en los mástiles de las naves es decir, levantaos de la tierra, elevaos con el pensamiento y con el corazón hacia Dios, que es el único que os puede consolar y daros fuerza para sobrellevar santamente la prueba”.
  15. "Ten por cierto que cuanto más crecen los asaltos del demonio tanto más cerca del alma está Dios".
  16. "Bendice el Señor por el sufrimiento y acepta beber el cáliz de Getsemani”.
  17. "Sé capaz de soportar las amarguras durante toda tu vida para poder participar de los sufrimientos de Cristo”.
  18. "El sufrimiento soportado cristianamente es la condición que Dios, autor de todas las gracias y de todos los dones que conducen a la salvación, ha establecido para concedernos la gloria”.
  19. "Recuerda que no se vence en la batalla si no es por la oración; a ti te corresponde la elección”.
  20. "La oración es la mejor arma que tenemos; es una llave que abre el corazón de Dios”.



Bendiciones!

3 de febrero de 2015

Los tres consejos...


 
Una pareja de recién casados eran muy pobres y vivían de los favores de las gentes de un pequeño pueblo. Un día el marido le hizo la siguiente propuesta a su esposa:
"Querida voy a irme de nuestra casa por un tiempo, buscaré un empleo y trabajaré hasta que haya ganado el suficiente dinero como para regresar y poder darte una vida más cómoda y digna.
No se cuanto tiempo voy a estar lejos de ti, solo te pido una cosa, que me esperes y me seas fiel. Por mi parte, yo prometo serte fiel.
Así, que el joven camino varios día, hasta que al fin encontró un hacendado que estaba necesitando un ayudante para su hacienda. El joven se ofreció para trabajar y fue aceptado.
Pero decidió hacer un pacto con su jefe:
Déjeme trabajar por un tiempo y cuando crea que es tiempo de irme, usted me liberará de mis obligaciones. Yo no quiero recibir mi salario, quiero que lo ingrese en una cuenta de ahorro hasta el día en que me vaya. Entonces en ese momento usted me dará el dinero que yo haya ganado.
Se pusieron de acuerdo y aquel joven trabajo durante veinte años, sin vacaciones, ni descanso.
Transcurrido ese tiempo se acerco a su patrón y le dijo:
Jefe, ya es hora de regresar a mi casa, quiero que me entregue mis ahorros, saldré mañana muy temprano.
El patrón estuvo de acuerdo, pero antes de cumplir con su parte del pacto, le hizo una propuesta:
Yo puedo darte tu dinero y tú te vas, o puedo darte tres consejos y no te doy el dinero y te vas.
Si yo te doy el dinero, no te doy los consejos y viceversa. Vete a tu cuarto, piénsalo y después me das la respuesta.
El pensó durante dos días, con muchas dudas porque se trataba de mucho dinero, pero como respetaba a su patrón y lo consideraba un gran sabio y sabía que lo amaba como a su propio hijo, finalmente no dudo y le dijo: "Quiero los tres consejos"
El patrón le recordó: "Si te doy los consejos, no te doy el dinero.". Si, si, lo sé, pero quiero los consejos.
EL patrón entonces le aconsejo:
1. “Nunca tomes atajos en tu vida”. Los caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
2. “Nunca seas curioso de aquello que represente el mal”. La curiosidad por el mal puede ser fatal.
3. “Nunca tomes decisiones en momentos de odio y dolor”. Puede que te arrepientas toda la vida.
Después de darle los consejos el patrón le dijo al joven:
"Aquí tienes tres panes”, dos para comer durante el viaje y el tercero es para comerlo con tu esposa cuando llegues a tu casa.
Después de veinte años fuera de su casa, el hombre comenzó el largo recorrido para regresar con su familia.
Cuando había realizado el primer día de viaje, encontró una persona después de saludarlo le pregunto adonde iba. El le respondió: Voy a un pueblecito muy distante que queda a más de veinte días de caminata por este camino.
El hombre le dijo entonces: Este camino es muy largo, yo conozco un atajo con el cual llegaras en pocos días. El se puso contento y comenzó a caminar por el atajo, pero de pronto se acordó del primer consejo.
“Nunca tomes atajos en tu vida”. Caminos más cortos y desconocidos te pueden costar la vida.
Entonces salió de aquel atajo y volvió a seguir su camino.
Dos días después se enteró que otros viajeros que habían tomado el atajo habían sido asaltados, golpeados y les robaron todo lo que tenían. Ese atajo conducía a una emboscada.
Después de algunos días de viaje, ya muy cansado, encontró un pequeño hotel y pensó en pasar allí la noche. Era ya muy tarde y al llamar una mujer le abrió la puerta y le atendió.
Después de tomar un baño se acostó a dormir. Pero de madrugada se despertó asustado al escuchar un grito aterrador.
Se dirigió hasta la puerta para ir al lugar de donde procedía el grito, pero cuando estaba abriendo la puerta, se acordó del segundo consejo.
“Nunca seas curioso de aquello que represente el mal”. La curiosidad por el mal puede ser fatal.
Así que regresó y se acostó a dormir. Al amanecer, después de desayunar, el dueño de la posada le pregunto si no había escuchado un grito y el le contesto que si lo había escuchado. El dueño le pregunto:
si no había sentido curiosidad y él le contesto que no. A lo que el dueño les respondió: Usted ha tenido suerte en salir vivo de aquí, pues en las noches nos acecha una mujer con crisis de locura, que grita horriblemente y cuando el huésped sale a enterarse de lo qué está pasando, lo mata y luego desaparece.
El joven siguió su larga jornada, ansioso por llegar a su casa.
Después de muchos días y noches de caminata, cuando ya atardecía, vio entre los árboles el humo que salía de la chimenea de su pequeña casa. Se acercó y vio entre los arbustos la silueta de su esposa.
Aunque estaba anocheciendo, se dio cuenta de que ella no estaba sola. Se acerco un poco más y vio que ella tenía sobre su regazo la cabeza de un hombre al que acariciaba los cabellos.
Cuando vio aquella escena, su corazón se lleno de odio y amargura y decidió correr al encuentro de los dos y matarlos sin piedad. Respiro profundo, apresuro sus pasos, cuando de pronto recordó el tercer consejo.
“Nunca tomes decisiones en momentos de odio y dolor”. Puede que te arrepientas toda la vida.
Entonces se paro y reflexiono, decidió dormir ahí mismo aquella noche y al día siguiente tomar una decisión. Después de haber descansado, decidió volver con su patrón, pero antes quería decirle a su esposa que él siempre le había sido fiel.
Se dirigió a la casa. Cuando su esposa abrió la puerta y lo reconoció, lo abrazó fuertemente, pero él con lágrimas en los ojos, le reprochó que no le hubiera sido fiel y que lo hubiera traicionado con otro hombre.
Ella sorprendida le respondió: Yo jamás te traicione, te fui fiel durante todos estos veinte años.
Y entonces, le pregunto: ¿quien es ese hombre que acariciabas ayer por la tarde?
Y ella le contesto: Aquel hombre es nuestro hijo. Cuando te fuiste, descubrí que estaba embarazada.
Entonces el marido entro, abrazo a su hijo y les contó toda su historia, mientras la esposa preparaba la cena.
Finalmente se sentaron a comer el último pan, tal como le había encargado el patrón. Después de dar gracias por los alimentos, partió el pan y al abrirlo, se encontró con todo el dinero que había ganado durante los veinte años que trabajo para su patrón.

MUCHAS VECES CREEMOS QUE LOS" ATAJOS " NOS AYUDAN A LLEGAR MAS RÁPIDO, LO QUE NO SIEMPRE ES VERDAD...... MUCHAS VECES SOMOS CURIOSOS, QUEREMOS SABER DE COSAS QUE NI NOS DAN RESPETO Y NO NOS TRAEN NADA BUENO... OTRAS VECES REACCIONAMOS MOVIDOS POR EL IMPULSO, EN MOMENTOS DE RABIA, Y DESPUÉS NOS ARREPENTIMOS.....

RECORDEMOS QUE TODO ES BUENO EN LA VIDA SOLO HAY QUE SABERLO APROVECHAR.

2 de febrero de 2015

Amada Cruz


“Amada mía, la Cruz bien soportada y
ardientemente deseada, hace distinguir bien a
los predestinados de los réprobos, los cuales
son tan recalcitrantes a todo padecimiento.
Sepas que en el día del Juicio Universal, los
amantes de la cruz, al verla aparecer, oh
cuánto se alegrarán, mientras que los réprobos
serán heridos y asaltados por un horrible
espanto.
Desde ahora, amada mía, se puede sin
duda aseverar si alguien deberá ser uno de los
salvados o eternamente perdido, pues si al
presentarse la cruz, la abraza y Me sigue con
resignación y paciencia y de cuando en
cuando la besa, dando gracias Al que se la ha
enviado, es señal evidente y más que segura
de estar en el número de los salvados; pero si
por el contrario, al presentarse la Cruz, la
persona se irrita, la desprecia y quisiera a toda
costa sustraerse a ella, Cruz ya merecida a
causa de sus perversidades, puede tenerse
como señal cierta de que camina por la vía del
infierno.
Y así, los réprobos, si a vista de la Cruz me
ofenden en vida, en el día del Juicio más que
nunca blasfemarán de mí al ver aparecer la
Cruz, que les infundirá eterno terror.
La Cruz además, hija mía, es el distintivo
del verdadero cristiano. Ella lo dice todo
porque como un libro abierto hace distinguir
con claridad y sin ningún tipo de engaño, al
santo del pecador, al perfecto del imperfecto,
al fervoroso del tibio.
La Cruz, además comunica a quien está
bien dispuesto, una luz tal, que desde ahora no
solo hace distinguir al bueno del culpable y
hace conocer también quién deberá ser más o
menos glorioso en el Cielo y quién deberá
ocupar en él un puesto más o menos
eminente.
Fuera de esto, todas las virtudes ante la
excelencia de la Cruz, se vuelven sumisamente
humildes y reverentes; ¿y sabes cuándo
adquieren mayor lustre y esplendor?, cuando
están bien acopladas con ella”.

Jesús a Luisa Piccarreta.
"Divina Voluntad"