Había una señora muy humilde, que vendía verduras en la vecindad. cierto
día, la tía Mary, así era conocida por toda la vecindad, fue a vender
sus verduras en la casa de un señor y allí había perdido su rosario.
Después de algunos días, la tía Mary volvió a la casa, y este señor
llegó justo a burlarse de ella diciendo: - Usted ha perdido a Su Dios,
Ella respondió: - yo? Perder a mi Dios? Nunca. Entonces él sacó el
rosario y le dijo: - no es este Su Dios? - a lo que ella contesto,
Gracias a Dios, el señor me ha regresado mi rosario. Muchas gracias. -
Porque no cambia señora este cordón con cuentas por la Biblia? -
preguntó Él. Y ella humildemente respondió: - Porque yo no sé leer,
señor, y con el rosario, yo medito toda la palabra de Dios y la guardo
en mi corazón. - Medita la palabra de Dios? Como es eso? Podría decirme
como es eso - claro que sí - respondió la tía Mary, tomando el rosario
le dijo: - Cuando yo tomo la Cruz, recuerdo que el hijo de Dios derramó
Su Sangre en la cruz, para Salvar a la humanidad. Esta primera cuenta
gorda me recuerda que hay un solo Dios omnipotente. Estas tres cuentas
pequeñas me recuerdan las tres personas de la Santísima Trinidad: Padre,
Hijo y Espíritu Santo. Esta cuenta gorda me recuerda la oración que
Jesús mismo nos enseñó, que es el Padre Nuestro. El rosario tiene cinco
misterios, que me recuerdan a las cinco llagas de Nuestro Señor
Jesucristo, cuando cargo la cruz. y cada misterio tiene diez ave maría,
que me recuerdan a los diez mandamientos, que Dios mismo escribió en las
Tablas de Moisés. El Rosario de Nuestra Señora tiene quince Misterios,
que son: cinco Gozosos, cinco Dolorosos y cinco Gloriosos. Por la
mañana, cuando me levanto para iniciar mi lucha del día a día, yo rezo
los Misterios Gozosos, que me recuerdan el humilde hogar de MARÍA EN
NAZARET. Al medio día, en mi cansancio y fatiga del trabajo, yo rezo los
Misterios Dolorosos, que me recuerdan el duro camino que recorrió
Jesucristo para llegar al Calvario. Cuando llega el final del día, con
las luchas que aveces perdemos, yo rezo los Misterios Gloriosos, que me
recuerdan que Jesús le ganó a la muerte para darnos la Salvación a toda
la humanidad. Y Ahora, digame: ¿ dónde está la idolatría? Él, después de
escuchar todo esto, dijo: - Yo NO LO SABÍA. Enseñame, tía Mary, a rezar
el rosario.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario