Escuchemos a nuestra Madre!
Ella sólo busca desesperadamente nuestro bien!
No dejemos pasar la oportunidad de oírla.
Sigamos sus consejos!
Algún día nos recibirá en el Cielo,
con sus brazos abiertos,
y una sonrisa en sus labios. Amén!
Dejá tu comentario, muchas gracias!
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