22 de septiembre de 2014

Se emocionaba en sus homilías...

...porque decía que si obtenía gracias,
era por esta oración milagrosa:

Oh Madre de Jesús, por Tus incomensurables dolores durante la pasión y muerte de Tu Hijo divino, y por las amargas lágrimas que derramaste, te pido que ofrezcas en sacrificio el cuerpo santo, cubierto de heridas y de sangre de nuestro Redentor, junto con Tus dolores y lágrimas, al Padre Celestial, para la salvación de las almas y para adquirir las gracias que te pido suplicante .....

Jesus, María os amo, salvad a las almas y a los consagrados. (Tres veces)


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