1.
"Vete al Señor mismo, al mismo con quien la familia descansa, y llama
con tu oración a su puerta, y pide, y vuelve a pedir. No será Él como el
amigo de la parábola: se levantará y te socorrerá; no por aburrido de
ti: está deseando dar; si ya llamaste a su puerta y no recibiste nada,
sigue llamando que está deseando dar. Difiere darte lo que quiere darte
para que más apetezcas lo diferido; que suele no apreciarse lo aprisa
concedido". (Sermón 105).
2.
"Tiene El más ganas de dar que nosotros de recibir; tiene más ganas El
de hacernos misericordia que nosotros de vernos libres de nuestras
miserias". (Sermón 105).
3.
"La oración que sale con toda pureza de lo intimo de la fe se eleva
como el incienso desde el altar sagrado. Ningún otro aroma es más
agradable a Dios que éste; este aroma debe ser ofrecido a él por los
creyentes". (Coment. sobre el Salmo 140).
4.
"Si la fe falta, la oración es imposible. Luego, cuando oremos, creamos
y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración, y la
oración produce a su vez la firmeza de la fe". (Catena Aurea).
5.
"Cuando nuestra oración no es escuchada es porque pedimos aut mali, aut
male, aut mala. Mali, porque somos malos y no estamos bien dispuestos
para la petición. Male, porque pedimos mal, con poca fe o sin
perseverancia, o con poca humildad. Mala, porque pedimos cosas malas, o
van a resultar, por alguna razón, no convenientes para nosotros". (La
ciudad de Dios, 20, 22).
6.
"Puede resultar extraño que nos exhorte a orar aquel que conoce
nuestras necesidades antes de que se las expongamos, si no comprendemos
que nuestro Dios y Señor no pretende que le descubramos nuestros deseos,
pues él ciertamente no puede desconocerlos, sino que pretende que, por
la oración, se acreciente nuestra capacidad de desear, para que así nos
hagamos más capaces de recibir los dones que nos prepara. Sus dones, en
efecto, son muy grandes y nuestra capacidad de recibir es pequeña e
insignificante. Por eso, se nos dice: Dilatad vuestro corazón". (Carta
130, a Proba).
7.
"Con objeto de mantener vivo este deseo de Dios, debemos, en ciertos
momentos, apartar nuestra mente de las preocupaciones y quehaceres que
de algún modo nos distraen de él, y amonestarnos a nosotros mismos con
la oración vocal; no vaya a ocurrir que nuestro deseo comience a
entibiarse y llegase a quedar totalmente frío, y, al no renovar con
frecuencia el fervor, acabe por extinguirse del todo". (Carta 130, a
Proba).
8.
"Lejos de la oración las muchas palabras; pero no falte la oración
continuada, si la intención persevera fervorosa. Hablar mucho en la
oración es tratar una cosa necesaria con palabras superfluas: orar mucho
es mover, con ejercicio continuado del corazón, a aquel a quien
suplicamos, pues, de ordinario, este negocio se trata mejor con gemidos
que con discursos, mejor con lágrimas que con palabras." (Carta 121 a
Proba).
9."Haz tú lo que puedas, pide lo que no puedes, y Dios te dará para que puedas". (Sermón 43, sobre la naturaleza y la gracia).
10.
"Si vas discurriendo por todas las plegarias de la santa Escritura,
creo que nada hallarás que no se encuentre y contenga en esta oración
dominical (Padrenuestro)". (Carta 130, a Proba).
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