Eres digno, Señor Dios nuestro,
de recibir la gloria, el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque, por tu voluntad,
lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro
y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios,
hombres de toda raza, lengua,
pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios,
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
(Ap.14,11;5,9-10.12)
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