14 de octubre de 2014

Dulzura de los ángeles, alegría de los afligidos


 

 
Abogada de los cristianos, Virgen madre del Señor, protégeme y sálvame de los sufrimientos eternos.
María, purísimo incensario de oro, que ha contenido a la Trinidad excelsa; en ti se ha complacido el Padre, ha habitado el Hijo, y el Espíritu Santo, que cubriéndote con su sombra, Virgen, te ha hecho madre de Dios.
Nosotros nos alegramos en ti, tú eres nuestra defensa ante Dios. Extiende tu mano invencible y aplasta a nuestros enemigos. Manda a tus siervos el socorro del cielo.
Amén!



Deja tu alabanza parta nuestra 
Hermosa Madre del Cielo!
Gracias!!!


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